2015 se perfila como el año de los wearables. Pocas gafas, salvo si son de realidad aumentada, como las Oculus VR propiedad de Facebook, y mucho reloj. Mientras se espera la irrupción real de Apple en el mercado, Sony ha sido protagonista de la muestra con su tercera propuesta. Smartwatch podría pasar por un elegante reloj de pulsera... hasta que se empieza a hablar con él. Su corazón es Android Wear, por fuera, aluminio pulido en el bisel y la correa. La firma japonesa ha desbancado al que hasta ahora lideraba, el Moto 360. Más resistente, mejor duración de batería y aplicaciones más elaboradas que permiten usarlo con menor dependencia del móvil.
TV, la reina del salón
Sucede como con los periódicos, hace más de una década que se da por muerta, pero sigue vigente y con grandes novedades. Los últimos modelos llevan conexión a Internet, graban programas y mejores pantallas. Destaca especialmente la apuesta de Sony con Bravia X900C, una televisión más fina que la pantalla de los ordenadores portátiles.
Momento Revival
Vuelve el walkman, el original. Lo hace sin cassette analógica, pero con un precio solo apto para caprichosos, 1.100 dólares. ZX2 se llama, lo fabrica Sony, que tiene la marca registrada. El precio se justifica por una calidad de sonido 30 veces superior a la del MP3. La misma promesa que durante más de 10 años reitera Neil Young con su Pono, algo más estridente y con precio por desvelar. El viejo roquero se dejó ver por la feria. Todo sea por hacer que se hable del producto. Los Meccano, las piezas de toda la vida, han vuelto en forma de robot programable. Responde al nombre de Meccanoid.
El hogar
Termostatos conectados al móvil, utensilios de cocina de gran precisión, robots capaces de hacer un caffé latte digno del mejor barista… tanto para que al final el aparato para el hogar más sorprendente sea una lavadora dentro de otra. Los coreanos de LG han pensado que un mismo lavado puede servir para la ropa normal y la más delicada. Cada compartimento cuenta con su propio programa. El sistema se llama Twin Wash. Muy en su línea. Hace tres años sacaron un frigorífico que enfriaba las latas en 15 segundos. Una fórmula como otra cualquiera para conseguir relevancia aunque las ventas sean residuales.
Móviles
Los grandes modelos se siguen reservando para el MWC de marzo en Barcelona. Las versiones más modestas sí se adelantan en Las Vegas. Incluso las irrisoriamente baratas, como es el Nokia 215, de 29 dólares. Por no ser, no es ni ‘smart’, pero permite navegar por Facebook. La china Xiaomi ha sido la más arriesgada con Redmi Note 2, características de gama media por 100 dólares.
Fotografía
Aunque Canon sigue renovando su catálogo de objetivos como si no pasase nada, o Polaroid intente sumarse a la moda Instagram con filtros en las cámaras instantáneas, el selfie es el protagonista de la fotografía en CES. Lenovo sigue alimentando la fiebre con un artilugio que promete convertirse en un digno sucesor del palo-selfie, un flash circular (como los que usan los profesionales del retrato, pero versión reducida) que se conecta a través de la clavija de los auriculares. Costará 25 dólares.
Pizza impresa
Las impresoras 3D se multiplican. Han contado con zona propia, las hay de diferentes precio, tamaños y materiales, pero la que más innova es la que es capaz de hacer una pizza de principio a fin. La comida se imprime. XYZ promete sacarla al mercado antes de que termine el año y no solo hará pizza y figuritas de chocolate.
Estar en forma
La medición del ejercicio es una de las tendencias más marcadas. Nike ha coqueteado con los gadgets, pero no estuvo presente en CES. Under Armour, una de las firmas emergentes, tuvo zona propia para explicar cómo su ropa se conecta al móvil. Si llama la atención un planteamiento, es el de Fitbit. Comenzaron con sensores muy limitados pero buena interfaz en la aplicación. Poco a poco, han mejorado la gama hasta dar con un aparato para cada perfil. Surge es el primer modelo para los entusiastas del deporte. Toma el pulso de manera constante y promete, con el uso, un análisis más efectivo de datos que la competencia.